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LA ILUSIÓN POLÍTICA DE SANTA MARTA

Por: Rosember Rivadeneira Bermúdez.

 

La historia registró con tinta de oro que en octubre de 2023 principió el declive del tirano, al ser derrotado por la diestra divina en Santa Marta. La ciudadanía despertó, oró, fue asistida por los ángeles del cielo, se volcó a las urnas, acudió a la justicia humana, quebró las cadenas y recobró el poder y la libertad de conciencia que estaba secuestrada.


Los votos depositados en las urnas, el valiente activismo ciudadano y las providencias judiciales de los tribunales que revindicaron el sistema democrático, fueron las manos que reconstruyeron los pilares de nuestra amada sociedad.


Con la declaratoria de elección de Pinedo Cuello, en la ciudad soplaron brisas que disiparon el manto oscuro y el maleficio orquestado por la organización naranja. Hoy se respira paz, se liberaron las redes sociales de los contratistas y los padres recobraron la dignidad de sus hijos, los cuales fueron cruelmente azotados durante doce años por el tirano.


El primero de enero de 2024 principió la ilusión, fruto del grito libertario del samario. La ciudadanía será la gran defensora y la prenda de garantía democrática. El colectivo asumirá con gallardía el nuevo reto, ejerciendo los derechos, pero, primordialmente, aportando con el cumpliendo de los deberes.


El acto de contribución por excelencia para edificar una mejor ciudad consiste en ser partícipe de la solución. Obremos cual abejas que trabajan incesantemente en la producción de miel para sustentar al colectivo, pero también para proteger los intereses legítimos. Hagamos frente a las irregularidades cuando sea menester, y conformemos un muro moral para contener los zarpazos de la agonizante tiranía naranja.


Votamos para para erradicar los vicios del pasado, para no romantizar ni perpetuar la ignorancia y la pobreza con fines electorales, y para no volver a atropellar y extorsionar a los sectores productivos. Votamos para que rinda el presupuesto público y se palpen las obras en los barrios. Pretendemos ser atendidos dignamente en las oficinas públicas, que haya agua potable en los hogares y que retornemos al paraíso que disfrutaron nuestros ancestros.


Auguramos un provechoso ejercicio del poder estatal en Santa Marta y deseamos un gobierno sin tropiezos distintos a los que humanamente pueden ocurrir. Se atenderá el clamor del ciudadano sin importar la identidad política del necesitado y habrá soluciones sin exigir listados con nombres de familiares, amigos y conocidos en mano para comprometerlos con el voto.


El monstruo naranja, aunque moribundo, continúa rugiendo. Inquieta al ciudadano, afirmando en las calles y en las redes sociales que el Alcalde es ilegítimo y que el gobierno fue tomado por los de antes, pero lo cierto es que en él están presentes los que legítimamente saben.


La débil amenaza restante proviene de la ignorancia, de la degradada política progresista, mal plagiada por los naranjas, encarnada en un gobernador cegado por el odio y la codicia, que desconoce al gobierno local y anunció la ruptura de la relación institucional, transgrediendo con ello las disposiciones legales y constitucionales que le imponen el deber de actuar sin sesgos ideológicos en pro de la población. Cada omisión, acción indebida o extralimitación de funciones en contra de Santa Marta será el paso que aproxime al gobernador a la prisión.


No obstante, la esperanza que irradia el nuevo gobierno se impone ante la derrotada práctica política del odio. Nadie derrochará energías ni contaminará su alma propagando falacias, pues el rescate de los valores es el propósito fundamental del pueblo.


El temor en los samarios ha cesado y somos conscientes de que al tirano le resta un puñado de tierra y de soldados, y también los perderá. La justicia brillará, el Magdalena despertará y también se liberará.

Samarios, creamos en que habrá resultados favorables con el gobierno distrital que inicia y aportemos para lograrlo.

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