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DESPUÉS DE TANTOS AÑOS

Actualizado: 19 jul 2021

Por: Catalina López Lafaurie.


Cuenta la historia que entre la Sierra y el mar nace una ciudad en la que se desarrollaron los procesos urbanísticos más adelantados de la Colombia prehistórica, gracias a la avanzada visión arquitectónica y de ingeniería que tenían los indígenas, los mismos que durante un siglo, incluso después de fundada, lucharon contra los conquistadores españoles por su territorio y finalmente, perdieron.


Santa Marta, ha sido una ciudad resiliente desde el principio, lo paradójico es que la historia está hecha para no repetirse y aquí parece no acabarse.


Tan solo 18 años después de su fundación (1543), la ciudad fue atacada por los piratas y esta toma se prolongó durante 37 años. Tiempo en el que Santa Marta fue quemada y destruida en 19 ocasiones. Mientras otras ciudades avanzaban, esta pareciera estar condenada al atraso.


No contentos con esto, en 1834 un terremoto acabó con la ciudad dos veces santa. Algunos historiadores describieron la catástrofe que dejó a “la ciudad de aspecto miserable o ruinoso”. Sin embargo, Santa Marta se levantó de nuevo.


495 años después tenemos una historia fidedigna para contar, una ciudad con un potencial turístico inimaginable y una naturaleza que denota riqueza; Santa Marta es un territorio sin igual.


El problema es que, aun siendo la primera ciudad fundada en Colombia, rodeada de una riqueza hídrica, todavía no cuenta con un acueducto y alcantarillado integral y eficiente para toda la ciudad. Todavía hay barrios que se quedaron en la historia recolectando agua o viviendo de la caridad del preciado líquido que es un derecho de todos.


Diré que la raíz de esta importante carencia en la falta de voluntad. Sí, para mí no es de una familia u otra, de un grupo político u otro. La raíz es la concepción que nos quedó al haber perdido contra los conquistadores, al creer que debemos conformarnos con lo que nos toca y que los políticos nos otorguen un bien como si fuera un regalo y no un deber.


Hubo voluntad para la creación y fundación de la Universidad del Magdalena que trajo tantos beneficios para la ciudad, el departamento y sus alrededores; también la hubo para la construcción de una Marina Internacional, la llegada de cadenas hoteleras y las múltiples construcciones que se siguen realizando a la orilla del mar. Siempre me pregunto ¿de dónde sacarán el agua para abastecer a todas estas personas sí escasamente hay ahora? A veces hasta oraciones elevamos para que llueva y cuando esto pasa, nos preparamos para los ríos de las calles.


Pareciera que cada construcción nueva implicara que un nuevo barrio prescinda de agua. En Santa Marta es fácil ver los contrastes, a un lado de la carretera vemos las edificaciones bien acabadas con miras a un paisaje de ensueño, mientras que, al otro extremo, está la otra Santa Marta con las casas a medio hacer. Esa es la primera impresión que tiene un turista de esta ciudad al salir del aeropuerto.


¿Cómo armamos un emporio turístico si de tanto en tanto los hoteles y edificios deben estar nutriéndose de carro tanques?


Hay voluntad, siempre hay voluntad para algo más que el agua en Santa Marta, no es un problema de ahora, son 495 años en el mismo problema.


No se trata de culpar a nadie, porque a veces nosotros mismos actuamos como piratas al carecer de sentido de pertenencia por nuestra ciudad. No es posible que las calles estén llenas de basura, los ríos y nuestras playas igual. Nos gusta exigir cosas sin aportar nada.

Hermoso fue ver que en las redes sociales el pasado 29 de julio, cómo cada quién expresó su amor por la ciudad y el orgullo que representa nacer y ser parte de ella. El talante de los nuevos artistas que salen a la luz, cada paisaje que nos recuerda lo que valió la pena cada batalla, cada ruina y cada viento que sopló en contra de esta ciudad, la cual, pese a todo se mantiene majestuosa.


Dejemos de conformarnos con que lo que tenemos es lo que merecemos porque sabemos que Santa Marta puede ser mejor de lo que ya es. En 1525, Don Rodrigo de Bastidas fundó una ciudad para ser un referente mundial, no en vano ha superado tanto y tenemos más historia que ninguna otra ciudad en Colombia. Por él y por quienes lucharon lo que nosotros no, ojalá lleguemos a unos 500 años inflando el pecho y no resignados.


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