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COMPLEJIDAD-TEORÍA Y MÉTODO

Por: Bernardo Carreño Gómez. Doctor en Derecho.



1. Introducción.


La visión hologramática no solo de la existencia y de la vida, se nos presenta como una perspectiva que se debe asumir desde la epistemología como una forma de interpretar y comprender holísticamente -como pretensión epistémica- la realidad compleja en la que nos encontramos subyacentes.

La paradoja que se nos presenta es la determinación de una visión complementaria a la teoría de la complejidad representada en el pensamiento complexional (Carreño, 2018) que parte del principio que las partes son diferenciales al todo y el todo es complexionalmente diferencial a las partes.

Desde la anterior perspectiva, nos adentraremos a realizar una presentación que va más allá de la Teoría del Pensamiento Complejo y su método.


2. Resumen, reflexiones y debate.


La incidencia de la teoría del pensamiento complejo en muchas esferas de la sociedad ha sido demarcada por una axiología epistémica que se puede resumir, entre otras cosas, en lo siguiente, tal y como lo reza Clara Romero (Romero, 2015): 1) Armonizar todos los contenidos científicos teóricos con la acción; es decir, el conocimiento para generar acciones dentro de la realidad social. 2) El conocimiento debe estar en función de la innovación. 3) El conocimiento debe servir para discurrir sobre lo conocido y de esta forma generar una epistemología del conocimiento que sea contrastada con los insumos conceptuales de los científicos y tecnólogos en aras de poder intervenir eficazmente en la realidad estudiada para, de esta forma, verificar la integración de la visión analítica de la ciencia experimental con los problemas interdisciplinarios y problematizantes de la filosofía en general con el objetivo de complexionar en una unidad la perspectiva de las ciencias de la complejidad y el paradigma de la complejidad (Morin), este último, que comporta el sentido de la interdisciplinariedad para llegar, como ultima ratio, a la ciencia de la complejidad que parta de esa conjugación teórica entre autoorganización y dinámica de los sistemas complejos que son fundamento para entender inicialmente la epistémica de la interdisciplinariedad del conocimiento.


Ahora, en lo que tiene que ver con el pensamiento complejo, cómo una proyección racional de la teoría de la complejidad, la exposición Moriniana lleva a señalar que supera el pensamiento simplificador subyacente en la disyunción, reducción, abstracción y causación, el que debe transcender y ascender al pensamiento complejo, sustentado en cuatro bases: la dialogicidad, recursividad y holagramaticidad.[1] Estos principios básicos del pensamiento simplista y del pensamiento complejo operan disyuntivamente.


La postulación de la teoría del pensamiento complejo (Morín)[2] ha permitido a las ciencias descubrir nuevas fronteras de integración hologramática y a su vez de explicar la no existencia de esos límites. Sin embargo, esta teoría es característica de otro entramado del conocimiento científico mucho más amplio que se sitúa en el campo de las complexiones diferenciales hipotéticas expuestas por Carreño (Carreño, 2018).

Las complexiones diferenciales sintéticas (Carreño, 2018) son una unidad de pensamiento para explicar el mundo fenomenológico propio de la realidad cosmológica, entendida no solamente como composición astrofísica, sino como dimensión existencial omnipresente en la persona humana y que racionalmente se comprende a partir de cualificaciones –obtención del supuesto cognitivo del conocimiento- diferenciales –el supuesto cognitivo posee diversas variables de conocimiento- hipotéticas –el conocimiento puede ser posible y factible- , que permiten resolver un problema de orden existencial desde su vocación teleológica en cualquiera de las dimensiones de la realidad humana.


Se puede afirmar que el pensamiento complejo es una elaboración más refinada de la teoría de sistemas que partió del quiebre del paradigma mecanicista, la pugna entre el reduccionismo (o anatomismo) y el expansionismo (u holismo en el que se busca ver que el mundo en términos de un orden o un fondo en el que todas las cosas encuentran su lugar o su sentido). En Von Bertalanffy se encuentran esas semillas a partir de un gran tema que es el holismo y dos subtemas el organicismo y el perspectivismo.


A posteriori, surgieron unas olas sistémicas que inician con el paradigma cibernético (Sosa, 2001), seguido por el paradigma perspectivista –perspectiva y construcción de la realidad-; el paradigma constructivista –nuestras estructuras mentales juegan un papel importante en la construcción de lo que se llama realidad- como paradigma de transición hacia la nueva tercera ola.


Este paradigma constructivista posee unos aspectos ontológicos que nos los da “la teoría biológica del conocimiento de Maturana y Varela (1.984) o de los sistemas autopoiéticos. Ellos parten del descubrimiento biológico de que toda experiencia ocurre a través de nuestros cuerpos y del sistema nervioso que está medida por ellos. Más concretamente, la existencia de una realidad depende de las operaciones de distinción que se hacen en el lenguaje (Maturana, 1985, 1987). Por ello de algún modo, el observador y lo observado se constituyen mutuamente (autopoiesis significa autocreación o autoconstrucción. Una consecuencia de ello es que siempre estamos existiendo dentro de un dominio de descripciones que dependen de las distinciones del observador (en el lenguaje) y que son nuestra única realidad posible. Este dominio es la realidad, no hay otra detrás de ella ni enfrente de ella (Maturana, 1997)”. Desde esta perspectiva histórica se llega a la tercer ola: el paradigma holista fenomenológico que se convierte en una revolución copérnica frente al problema: ¿Qué tal si el manifestarse de las cosas es primario a cualquier división mente-objeto o sujeto-objteto?. Las cosas son. Los sistemas son. Pero son con nosotros. Es decir, no podemos hablar de las cosas sin hablar de nosotros (y viceversa). Por ello, las cosas no están ni afuera ni dentro de nosotros. Y esto incluye la misma mente. Como lo manifiesta el cibernético Batenson (1.978). (Sosa, 2001).


Valederamente encontramos un universo físico que también se constituye como dimensión particular del todo universal relativo, en cuyo interior se suceden infinidad de fenómenos acaecidos armónicamente bajo un principio de indeterminabilidad (Werner Heisenberg), y subyacente en un fenómeno de degradación y desintegración de la energía (Max Planck), que está llevando al acontecer físico hacia formalmente la muerte de la materia pero que en principio sirve como dinamizador material de la misma o de creador de una potencialidad de reordenamiento nuevo y repentino hacia una mayor complejidad, por medio de la disipación continua de energía, tal y como se explica por ILLIA PRIGOGINE en su teoría de las estructuras disipativas (Luna, 1996).


Es, entonces, dable entender que todo, más que un sistema holístico, es un sistema complexional que involucra un núcleo ontológico y los campos diferenciales donde suceden los diferentes acontecimientos de la vida y del cosmos, bajo un método que se instaura desde lo diferencial hacia lo complexional.


3. Conclusiones.


A medida que se ha devenido la existencia polimórfica y diferencial del existente en cualesquiera de sus formas de vida, se ha producido una realidad que va más allá de la complejidad, hacia su sentido complexional (Carreño, 2018) que parte del principio epistémico dinámico de la diferencialidad de las partes con el todo y el todo complexionalmente diferencial a las partes, para entender un método complexional diferencial que no se enmarca dentro de la descripción cualitativa-subjetiva, ni en sentido que nos ofrezca del cuantiativo-objetivo, ni la aducción perciana.


Como corolario de lo anterior, se nos presenta un nuevo modelo epistémico y modelativo de unas nuevas aportaciones metodológicas para alcanzar la complexionalidad a través de la Teoría de las Cualificaciones Diferenciales Sintéticas (Carreño, 2018).


Referencias bibliográficas.


Carreño, B. (2014). Introducción a la Victidogmática. Bogotá D.C.: Editorial Ibáñez.

Carreño, B. (2018). Teoría Sintética de la Acción Penal y su fundamentación en la Justicia Restaurativa. Bogotá D.C.: Grupo Editorial Ibáñez.

Luna, M. (1996). Derecho Penal Cuántico. Bogotá D.C.: Ediciones Jurídicas Ibáñez.

Romero, C. (2015). Paradigma de la complejidad, modelos científicos y conocimientos educativos. Huelva: Universidad de Huelva.

Sosa, A. (2001). Pensamiento Sistémico. Diversidad en búsqueda de Unidad. Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander.



[1] “En el pensamiento llamado simplificador uno podría distinguir cuatro principios básicos constantemente mencionados por Morín: 1. La disyunción: que tiende a aislar, a considerar los objetos independientes de su entorno, no ve conexiones, no ve en las especializaciones la relación de unas con otras, etc. 2. La reducción: que tiende a explicar la realidad por sólo uno de sus elementos: ya sea síquico, biológico, espiritual, etc.; ve el mundo una máquina perfecta; se siente satisfecho estableciendo leyes generales desconociendo la complejidad de la realidad y del hecho humano. 3. La abstracción: que se contenta con establecer leyes generales desconociendo las particularidades de donde surgen. 4. La causalidad: que ve la realidad como una serie de causas efecto, como si la realidad planteara ingenuamente un trayecto lineal, del menos al más, ascencional o se le pudiera plantear una finalidad. En cambio, en el pensamiento complejo, se plantea la heterogeneidad, la interacción, el azar; todo objeto del conocimiento, cualquiera que él sea, no se puede estudiar en sí mismo, sino en relación con su entorno; precisamente por esto, toda realidad es sistema, por estar en relación con su entorno. Se podría distinguir algunos principios del pensamiento complejo: el dialógico, la recursividad, el hologramático: 1. El dialógico: A diferencia de la dialéctica no existe superación de contrarios, sino que los dos términos coexisten sin dejar de ser antagónicos. 2. Recursividad: El efecto se vuelve causa, la causa se vuelve efecto; los productos son productores, el individuo hace cultura y la cultura hace a los individuos. 3. El principio hologramático: Este principio busca superar el principio de “holismo” y del reduccionismo. El holismo no ve más que el todo; el reduccionismo no ve más que partes. El principio hologramático ve las partes en el todo y el todo en las partes”. El texto sobre el pensamiento complejo y los principios expuestos dentro del cuerpo del trabajo es tomado de internet a partir de la elaboración realizada por la Pontificia Universidad Javeriana, Centro Universidad Abierta, Rafael Reyes Galindo, Introducción General al Pensamiento Complejo desde los planteamientos de Edgar Morín, pág. 7. [2] “El pensamiento complejo, como todo pensamiento que busca contrariar un paradigma, crea conceptos. Resignifica nociones potencialmente transgresoras. Como todo modo de p (Carreño, Introducción a la Victidogmática., 2014)ensar, el pensamiento complejo tiene que establecer distinciones, trabajar con categorías de análisis. La categoría compleja de organizaciónes una de las herramientas vitales del pensamiento complejo: la noción de organización trae a su campo semántico las nociones de orden, desorden y sistema. ¿Por qué es tan importante la noción de organización? Porque el pensamiento complejo está constreñido a percibir, concebir y pensar de manera organizacional (MORIN 1981: p 105) todo aquello que nos abarca, y que llamamos realidad. //El pensamiento complejo hace, necesariamente, uso de la abstracción, pero busca que sus producciones de conocimiento se construyan por referencia obligada a un contexto (cerebral, social, espiritual). De modo ahora no completamente similar, el pensamiento complejo busca integrar y globalizar religando las partes al todo, el todo a las partes y las partes entre sí, pero tiene la conciencia de que es imposible conocer el todo: Es necesario movilizar el todo, pero es imposible conocer todo el mundo”, enuncia MORIN.” Raúl Gómez Jarín & Javier Andrés Jiménez, De los principios del pensamiento complejo, Manual de Iniciación al pensamiento complejo, compilación, Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez, Bogotá D.C. 2002, págs. 113-114.

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