Santa Marta conmemora hoy 496 años, un nuevo aniversario marcado por la tragedia de la pandemia del covid-19, enfermedad que ha impactado la salud, la economía y el tejido social de los habitantes de “La Samaria”. El agresivo virus ha provocado una crisis monumental nunca antes imaginada. Simultáneamente hemos afrontado extenuantes, pero necesarias restricciones que desafortunadamente no todos obedecen, aunque estén destinadas a salvaguardar la salud individual y colectiva.
El riesgo que afrontamos nos exhorta a una verdadera acción como habitantes de “La Perla de América”, se trata de actuemos como un solo cuerpo dispuesto a cambiar el curso de la emergencia en la que resulta indispensable frenar la velocidad adquirida por los contagios.
Cada ciudadano debe colocar un grano de arena para sobreponerse al desgaste soportado durante más de un año de crisis. Se trata de un compromiso absoluto, pues la batalla contra el covid-19 la ganamos todos, comportándonos como soldados en el campo de batalla, sincronizados como los jugadores de la selección Colombia cuando encuentran la inspiración. Es necesario reconocer la heroica actuación de los profesionales del sector salud que merecen todo nuestro respeto y admiración, pues prácticamente los hospitales y clínicas se han convertido en su casa.
Es indispensable que todos podamos acceder a las vacunas e insistir en acelerar su aplicación. Hay personas antivacuna, pero está probado que los muertos más recientes son personas que no alcanzaron o no quisieron vacunarse. Decidir no vacunarse con cifras tan elevadas como la que hoy se registra es un riesgo al que nadie debería exponerse.
Sin salud no es viable la recuperación de la economía. Santa Marta necesita restablecerse lo antes posible para recuperar los puestos de trabajo perdidos y la generación de ingresos para los hogares que han sufrido alteraciones socioeconómicas. La recuperación de la economía no será tarea sencilla, mucho menos rápida, y si se requieren nuevos cierres por el desenfreno del virus, el resultado será el quiebre de la ciudad.
Vivimos el momento más crítico de nuestra historia reciente. Desde Columna 7 convocamos a la unidad de todos los samarios para movilizarnos y evitar una tragedia mayor. No es dable desconocer la magnitud de la amenaza que enfrentamos. El control de la pandemia no puede estar exclusivamente en las manos de las autoridades distritales ni del personal de salud que diariamente se encuentran cara a cara con la muerte.
No hay mejor regalo a nuestra ciudad que nuestro inquebrantable compromiso para acatar las medidas de prevención del virus, solo así podremos superar los devastadores efectos de la pandemia, para que Santa Marta siga siendo “La Perla de América”, esa ciudad que tiene “la magia de tenerlo todo”, y que algún día –no muy lejano– no sólo tenga tren, sino también tranvía.