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¿Y SI CHINA HUBIERA DESCUBIERTO AMÉRICA?

Actualizado: 5 ago 2021

El descubrimiento de América -Primera Parte.

La historia cambia según la voz que la cuente”.

Eduardo Galeano.

Por: Álvaro Echeverri Uruburu.

Se acaba de celebrar la semana pasada una nueva efemérides de lo que equivocadamente se ha llamado por mucho tiempo el “Descubrimiento de América en 1492”, por parte de un oscuro y misterioso personaje, designado por exigencia suya a los Monarcas españoles, Isabel y Fernando, como “ Almirante de la Mar Oceana”, cuyo origen se desconoce a ciencia cierta y del cual, su nombre, simbolizó para sus “católicas” majestades, la aparente justificación mística de la sinigual empresa que significó la conquista de nuestro continente. En efecto, Cristóbal o Cristóforo (en latín “Cristo”- “Ferre”, el que carga a Cristo) y Colombo (en latín “Colomba”= Paloma), “el que lleva como la paloma, el mensaje de Cristo a otros”.

Primero los Vikingos

Sabemos hace un buen tiempo que no fue este Colombo o Colón, quien por vez primera pisó tierra americana.

Mil años antes que él, algunos vikingos, hombres rudos y feroces que asolaron Europa y hábiles marineros, dirigidos por un expulsado de Islandia por un crimen que había cometido, Erik el “Rojo”, según las sagas nórdicas, llegaron hasta Groenlandia donde fundaron una primera colonia. A partir de esta, 500 años antes de Colón, llegaron hasta la isla de Terranova y, al parecer, un poco más tarde al interior del territorio canadiense a una región que llamaron “Vinlandia”, tierra del vino, esto es, un lugar donde se daba este fruto en estado silvestre y que los investigadores modernos no han encontrado todavía.

Las pruebas arqueológicas, con todo, han demostrado inequívocamente la existencia de poblamientos vikingos tanto en Groenlandia como en Terranova. ¿Por qué éstos desaparecieron sin dejar memoria de su existencia durante tantos siglos, alimentando la leyenda del “primer descubridor”?

Al parecer, hacia el año 1300, se produjo un cambio brusco de clima, llamado “pequeña edad del hielo” en esa zona que duraría hasta comienzos del siglo XIX y que los pobladores vikingos no pudieron resistir. Estos simplemente se extinguieron.

Si Leif Erikson, hijo de Erik “el Rojo”, que según las sagas nórdicas había llegado hasta tierras más promisorias y de un clima más benigno, no hubiera desistido de intentar colonizarlas ante la hostilidad de los indígenas que las habitaban, regresando a la colonia madre de Groenlandia, el destino de América, o al menos el del norte de ésta, habría sido distinto. A diferencia de sus antecesores vikingos, los conquistadores españoles y más tarde los ingleses, no se amilanaron ante la resistencia indígena y el exterminio por tanto de sus diversos pueblos terminaría siendo la regla bárbara de la conquista.

Pero, ¿también llegaron los chinos ?

Existen fuertes evidencias de que exploradores chinos, en imponentes y poderosos navíos después de los vikingos y por lo menos 70 años antes que Colón, recorrieron y levantaron mapas de los contornos de las costas de ambos océanos del continente americano.

Las evidencias parecen contundentes. Por ejemplo, se ha encontrado la reproducción de un antiguo mapa chino que parece provenir de 1418 y en el cual aparece cartografiado todo el continente americano, desde Norteamérica hasta la Patagonia Sudamericana.

La antigüedad del mapa, según los expertos, es indiscutible. En este se anotaron datos curiosos que asombraron a los exploradores chinos, como el “color rojizo oscuro” de los habitantes de las costas del Pacífico Suramericano y el que estos llevaban “plumas en la cabeza y en las caderas”.

En el antiguo Palacio de Topkapi en Estambul, en donde gobernaron los sultanes otomanos su enorme Imperio Euroasiático- hoy convertido en museo,- se encuentra el célebre mapa de “Piri Reis”, cuyo verdadero nombre corresponde a Hajji Mehemet, importante geógrafo y cartógrafo otomano. Su autor señala que diseñó dicho mapa tomando como base antiguos mapas de los que él llama “los señores del mar”, una segura referencia a los navegantes chinos en el momento en que los poderosos barcos del “Celeste imperio” surcaban todos los mares del mundo a órdenes del más grande marino de todos los tiempos, el almirante Eunuco musulmán Zheng-He.



En este mapa figuran regiones aún no descubiertas por los europeos para la fecha de su creación, como el sur del continente americano. Se dibujan los Andes tal cómo se ven desde el mar y se describen animales desconocidos en el continente asiático, como el puma, el ciervo andino (de Chile y Argentina), el guanaco (similar a una llama) y hasta un animal de una especie ya desaparecida, el milodón (especie de oso).

Pero lo más asombroso de este documento es sin duda, el que en esta figura un estrecho en el extremo de Sudamérica, desconocido hasta 1521 y que comunica los océanos Atlántico y Pacífico, que en la actualidad lleva el nombre de quién lo dio a conocer al mundo, el portugués al servicio de la corona española, Fernando de Magallanes.

Otro misterioso mapa chino se encuentra en la sala de mapas del palacio del Dux de Veneciaantiguo gobernante de la ciudad–. En Este aparece dibujada la costa este de Norteamérica. Sobra decir que dicho mapa es anterior al “descubrimiento” colombino de América.



¿Cuál sería la explicación de estos poderosos indicios de la presencia china en América?

Se sabe perfectamente que desde 1409 hasta 1435, el almirante Zheng He efectuó sucesivos viajes con flotas hasta de 200 barcos; muchos de ellos de enormes dimensiones, provistos de hasta 4 cubiertas y de 6 a 8 mástiles. Comparados con los barcos europeos de la época, estos parecerían pequeñas chalupas. Las expediciones marítimas chinas llegaron a transportar hasta 20.000 personas, entre las que se encontraban matemáticos, médicos, botánicos, geógrafos, cartógrafos, “verdaderas universidades flotantes”.

Sabemos también, que los viajes al mando de Zheng He, no iban en plan de conquista, no obstante que sus barcos llevaban los mejores y más poderosos armamentos de la época: “cohetes rasantes, ametralladoras, minas, morteros, bombardas, cañones, lanzallamas y muchas más (“Gavin Menzies, 1434, El año en que la flota China llegó a Italia y dio origen al Renacimiento”).



Controvertido mapa de 1763 supuestamente copiado de uno del siglo XV, el cual estaría atribuido a Zheng He y en el que aparecen América y Oceanía unos setenta años antes de la llegada de Cristóbal Colón.


Históricamente, China ha sido una civilización escasamente expansionista. Los sucesivos viajes de Zheng He, tenían por finalidad establecer y estrechar relaciones comerciales con los más diversos pueblos. Para esta época el comercio por mar, estaba dominado por chinos y por árabes. Los chinos producían y comerciaban artículos muy codiciados por el resto del mundo, particularmente la seda y las porcelanas.

El desinterés de los gobernantes chinos por el dominio de territorios se demuestra en el hecho de que teniendo los instrumentos para apoderarse de estos por medio del poder de sus armas, nunca lo intentaron en este grandioso periodo, durante el cual, China se abrió al mundo como no lo volvería a hacer hasta los años ochenta del siglo pasado.

Los chinos ayudan a Colón a “descubrir” América

Entre las muchas leyendas sobre el “descubrimiento” se ha sostenido que Colón conoció un mapa chino en el cual figuraba con toda claridad el Nuevo Continente. Se trata del famoso “Mapa de Toscanelli”.

Paolo Toscanelli (1397-1482), un típico hombre del renacimiento Italiano: Matemático notable, astrónomo y cosmógrafo, ayudó con sus cálculos matemáticos al genial arquitecto Bruneleschi en la construcción de la cúpula de la Catedral de Florencia Santa María di Fiore, que había permanecido por muchos años inacabada, debido a que la técnica constructiva de cúpulas desarrollada por los arquitectos romanos, se había perdido durante la Edad Media.

El investigador inglés, Gavin Menzies, ha sostenido la hipótesis de acuerdo con la cual Toscanelli tuvo acceso a un mapa chino que señalaba cómo navegando por el Atlántico hacia el oeste era posible llegar a la China; documento que le fue suministrado por una delegación china que había llegado a Florencia en 1434 con el fín de saludar al Papa Eugenio IV, que se encontraba refugiado en esa ciudad después de su expulsión de la Sede Pontificia de Roma.

Colón recibió de Toscanelli el citado mapa, “en el que efectivamente aparece la ruta occidental a China, tal como Toscanelli la había descrito. No obstante, también figura un continente desconocido ...entre Portugal y China” (op.cit).

Con fundamento en el mapa de Toscanelli, Colón sabía previamente a su primer viaje que lo que iba a buscar no era una nueva ruta hacia “los países de las especias”, sino a descubrir un continente hasta entonces desconocido por los europeos.

Por eso, dieciocho años después de recibir el “Mapa Toscanelli”, en las capitulaciones que Colón suscribe con sus Monarcas, Isabel y Fernando, no se hablará de descubrir una nueva ruta hacia el Oriente sino del descubrimiento de un Continente.

“... Puesto que vos Cristóbal Colón os dirigis a nuestras órdenes, con algunos de nuestros hombres y de nuestros barcos, a descubrir y someter algunas islas y un continente allende los mares y esperamos, con la ayuda de Dios algunas de dichas Islas y el continente…. sean descubiertos y conquistados por nuestros medios... nuestro deseo es que vos, Cristóbal Colón, después de descubrir y conquistar las Islas y el continente del mencionado océano, sea nuestro almirante, Virrey y Gobernador…. de dichas islas y continente( “Privilegios y Prerrogativas otorgadas por sus majestades los Reyes Católicos a Cristóbal Colón... dada en Granada el 30 de abril del año de 1492...”)

Después que los intrépidos Vikingos habían desistido de continuar con la colonización iniciada en la inhóspita Groenlandia, en mejores y más feraces tierra ante la resistencia de sus habitantes originarios y que al parecer si los hubo, los exploradores Chinos tan sólo se interesaron por conocer un mundo más allá de su “Imperio medio”, sin ánimos de conquista o apoderamiento de territorios, la historia le entregaba en 1492 la oportunidad de hacerse con un enorme continente a una nación guerrera, fraguada en 8 siglos de confrontación violenta con el mundo musulmán hispánico y poblada mayoritariamente por campesinos, labradores, artesanos e hijosdalgos empobrecidos del centro y sur de la península, que vieron en el nuevo continente, “descubierto” por Colón , la oportunidad de obtener riquezas y honores que en condiciones normales la España de su tiempo les negaba. Así, la codicia y la ambición fueron los motores que pusieron en movimiento la descomunal empresa de la conquista americana.

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