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UNA OPOSICIÓN APOCALÍPTICA E IGNORANTE A LA CANDIDATURA DE GUSTAVO PETRO

Por: Álvaro Echeverri Uruburu.


“Gran parte del miedo estaba basado en el hecho de que Mitterrand [el candidato socialista] haría alianzas con el Partido Comunista… y esos pactos podrían desestabilizar el país… muchos franceses de estrato alto sacaban su dinero hacia paraísos fiscales; las mujeres adineradas escondían sus joyas y los industriales rezaban largos padrenuestros. Pues bien, el socialismo ganó… Mitterrand… nacionalizó bancos y algunas grandes industrias y aumentó los incentivos a la clase trabajadora… impuso un impuesto a las grandes fortunas.


En resumen, el Programa de Petro parece tibio frente a esas medidas…. Mi convicción es que los colombianos y colombianas deberíamos tener la madurez para recibir una nueva experiencia política de otro espectro.


“Francia no se hundió y el socialismo francés a la postre sería un gobierno que favorecería la expansión de las clases medias y populares con políticas de protección y socialdemocracias”. (Florence Thomas EL Tiempo, 26 de abril del 2022).


Nuestro paciente lector excusará la extensión de la cita anterior, motivada- lo mismo que el presente escrito-, en un artículo publicado en “Columna 7” por un asiduo colaborador de este medio que lleva por título: “Petro y la oscura propuesta socialista” que de entrada, constituye sin duda un magnífico ejemplo del odio visceral que lo embarga, manifestativa, además, de una irreductible ignorancia.


Lo Primero: una fraseología procaz, francamente grosera y de una vulgar visión escatológica (el fin de los tiempos si gana Petro) pero además producto de una reacción irracional con expresiones como estas: “Pútrida bandera socialista… de la cual descienden las gotas de heces” o “al morder una mayoría (?) se libera una fiera no domesticable…. la fiera procede de las mazmorras infernales en las que únicamente el tirano (?) sé enriquece”.


Lo segundo: la ignorancia francamente invencible del autor del artículo que comento.

En este mismo medio, “Columna 7”, hemos señalado que la ideología socialista y sus proyectos concretos de gobierno en distintas latitudes no se pueden reducir a un único modelo ni a resultados unívocos. Una cosa fue el modelo burocrático- totalitario Soviético y otra cosa han sido los modelos exitosos del Socialismo Nórdico Europeo, sin desconocer la importancia de otros experimentos del mismo signo, aunque más transitorios en el tiempo, como el socialismo de los kibutz en Israel o el socialismo autogestionario yugoslavo bajo el gobierno del Mariscal Tito. Para una ampliación de lo anterior, remito a nuestro -apocalíptico columnista- a mi escrito, en este mismo medio, titulado “¿Merece el socialismo una condena absoluta?”, publicado el 26 de diciembre del año pasado. Ahora bien, cuando se discuten los supuestos fracasos del socialismo, de nuevo se incurre en el error, por ignorancia o de manera claramente interesada y sesgada, de acudir a argumentos absolutistas que solo mencionan los fracasos evidentes, pero ocultan o desconocen los que han resultado evidentemente exitosos.

Esta ha sido la forma de argumentar de la derecha, particularmente en el caso latinoamericano, cuando menciona el desastre venezolano que, como lo demostramos en nuestro artículo antes mencionado, ni bajo Chávez, ni menos bajo Maduro, pueden considerarse regímenes socialistas.


Pero eso sí, se ocultan los éxitos de los gobiernos de izquierda en el continente, como el de Luis Ignacio Lula da Silva que en sus dos gobiernos (2003-2011) sacó de la pobreza a 30 millones de brasileños y colocó su país entre las potencias emergentes del Siglo XXI; el caso de los gobiernos del Frente Amplio en Uruguay que bajo la administración de Tabaré Vázquez y Pepe Mujica, lograron superar la más profunda crisis sufrida por ese país austral. Por su parte, el gobierno de Evo Morales- el primer gobernante indígena de un país donde el 80% de la población corresponde a distintas etnias indígenas- mantuvo tasas de crecimiento del PIB entre el 6% y el 8 % cuando en la década pasada en el resto de América Latina se producía un desalentador estancamiento económico.


El gobierno de Rafael Correa, le proporcionó al Ecuador una inesperada estabilidad institucional -algo ciertamente notable en un país donde 43 presidentes electos a lo largo de 170 años de independencia, sólo 13 pudieron completar su periodo sin que fueran derrocados o asesinados- además de sacar a su país de la crisis económica más severa, que provocó la expulsión de cerca de 3 millones de ecuatorianos hacia los países desarrollados en busca de mejores condiciones de vida.


Estos logros de los gobiernos de izquierda en el continente, se dieron sin modificar las condiciones básicas para el funcionamiento de la economía de mercado y respetando la propiedad privada de los medios de producción.


Dichos gobiernos no significaron por tanto, ni el desastre económico, ni el derrumbe de las instituciones democráticas, cómo los agoreros malintencionados de la derecha lo habían vaticinado y continúan vaticinándolo cada vez que surge un proyecto político progresista y de cambio que recibe el respaldo mayoritario de los ciudadanos.


Pero a pesar de todo, para confirmar las angustias de nuestro escatológico columnista, el “infierno” promovido por Petro y que aquél avizora, ha comenzado a realizarse.


En efecto, la propuesta de este candidato de condonar las deudas impagables, qué muchos profesionales contrajeron con el ICETEX para financiar sus estudios y que el gobierno se apresuró a rechazar, hoy han comenzado a ser renegociadas por el Instituto con muchos de sus deudores morosos.


Había propuesto Petro la necesidad de aumentar la asignación de los $90.000 pesos mensuales con destino a los adultos mayores en condiciones de abandono e indigencia a $500.000, por el carácter insuficiente de aquella suma qué en la actualidad reciben algunos de ellos. El presidente Duque ha anunciado que se viene estudiando la posibilidad de un incremento en el apoyo previsto en este Programa oficial.


La Impostergable transición de las energías fósiles contaminantes a las energías limpias y renovables, defendidas por Petro como contribución del país a la lucha contra el cambio climático y factor de un nuevo tipo de desarrollo, ya ha comenzado según Informa el diario EL TIEMPO en su edición del día 9 del presente mes. Dice así la noticia:


Un estudio con apoyo financiero del Banco Mundial y de los gobiernos del Reino Unido y Dinamarca, “permitió identificar una zona de 12.000 km donde se alcanzan brisas de 13 mts. por segundo, más del doble del promedio mundial”.


“Regiones como Santa Marta, Barranquilla y la Guajira, serán pioneras en la implantación de los pilotos de energía eólica…” (El TIEMPO, mayo 2 de 2022, página 1.2) Así que ya empezaron los estudios para esta transformación tal como él lo viene proponiendo.


Todo lo anterior, nos permite concluir que se sirve muy mal a la oposición montada contra la candidatura de Gustavo Petro, el uso de un lenguaje cargado de odio e ignorancia porque no solo degrada a quienes lo promueven, si no porque, además, los hechos - siempre tozudos- terminan desmintiéndolo.


Por el contrario, valgan las expresiones de nuestro querido y autóctono antihéroe Latinoamericano, El Chapulín Colorado, tan oportunamente traído por Florence Thomas en contra de la campaña del miedo que muchos sectores reacios al cambio han estimulado: “¡qué no panda el cúnico!”.

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