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MIS RECUERDOS DE LA SERGIO ARBOLEDA

Actualizado: 3 ago 2021

Por: Rosember Rivadeneira Bermúdez.


Corría la década de los años 90 y Rodrigo Noguera Laborde, su sueño de fundar una Universidad en Santa Marta, principiaba a consolidar.


Era un proyecto que anhelaba concretar para que los samarios no se vieran obligados a emigrar de su tierra y, con una enseñanza autóctona, a su ciudad revistieran de gloria.


El proyecto se hizo realidad con la Escuela de Derecho Rodrigo de Bastidas, y gracias a los esfuerzos del personal administrativo, maestros y estudiantes, un lugar notorio en el país ha logrado ocupar.


Sin embargo, en esta oportunidad es a algunos de los grandiosos maestros de esta academia jurídica de Santa Marta a quienes quiero destacar, pues es necesario que su esfuerzo y valía se haga notar.


De ellos algunas anécdotas les quiero contar, pues entre el derecho público y el privado todos los alumnos vivíamos encantados.


Gracias al liderazgo y disciplina secular del decano JUAN ALBERTO POLO FIGUEROA, en el año 2002, al décimo lugar a nivel nacional en las pruebas ECAES logramos escalar. Desde entonces la existencia de la Escuela de Derecho de Santa Marta cobró notoriedad y con el paso del tiempo ha logrado conservar su excelencia, por eso muchos profesionales destacados constituyen la mejor referencia.


La cátedra de derecho privado desde sus inicios ha conservado su gloria y juro que dejaría de ser lo mismo sin la dulzura y los gritos de la doctora IDA MÉNDEZ DE RODRÍGUEZ. Son tan eficaces que, hasta los finados regresaban de la muerte para ayudarnos a terminar el parcial de sucesiones. Ella es un fosforito, pero tiene un corazón humilde y muy bonito.


Es la maestra que se entrega a sus alumnos con la dedicación y disciplina de una buena madre. Maestra Ida, con tu alegre sonrisa siempre danos la bienvenida. ¡Ajá mijito!


Se encuentra demostrado que la letra y la disciplina con sangre transforman, y en particular si el saber lo regenta una mujer. Por eso el derecho administrativo especial en mejores manos que en MARTHA CASTAÑEDA CURVELO no podía estar. Exigía memoria y un fino verbo para expresar el fruto de todo cuanto podíamos reflexionar.


Regía con disciplina militar, y sus métodos y estrategias fueron tan eficaces que jamás se podrían desmeritar.


Era estricta en la adecuada presentación personal de los estudiantes, exigía el empleo de un correcto vocabulario y el cumplimiento de las reglas de urbanidad.


En la reciente época se extraña esa forma de enseñar, e incluso algunos, con una visión tergiversada de sus derechos fundamentales, reclaman que ello nada tiene que ver con el contenido de las materias, pero lo cierto es que resulta útil para edificarnos como personas. Esta exigencia revela que el maestro es un ser integral.


A la doctora Martha la conocimos y a su sapiencia la aprovechamos muy bien. Su dureza fue tan solo una armadura, pues su corazón nos amó con infinita dulzura.


El hermanazo, JOSÉ ARIEL PARRA VEGA, fue el filósofo encargado de estructurar el engranaje de nuestra inteligencia. Sembró en nosotros la virtud del amor por la sabiduría y nos preparó para ser con nuestro juicio más certeros que la flecha de Robin Hood.


Guiados por el MM:. WENCESLAO MESTRE CASTAÑEDA el amor al derecho civil logramos consolidar. Fueron sinceras y eficaces sus enseñanzas de obligaciones, contratos y los vicios del consentimiento, por eso sus alumnos dedicados al litigio conservan el bolsillo contento.


Nos enseñó que el saber, desprovisto de la moral, es como un toro bravo que se escapa del corral.


Es un hombre libre y de buenas costumbres que contribuyó para que sus estudiantes pulieran la piedra bruta, advirtiéndonos siempre que de lo sublime a lo ridículo solo hay un paso.


De la mano de la maestra TULIA ROJAS ASMAR recorrimos el derecho civil en la sección de personas y aprendimos que los alimentos para los hijos, más que una obligación, constituyen el acto más grande de amor. Pero también que el matrimonio es una unión a la que no debe vencer el demonio del divorcio. Descubrimos que la patria potestad no es un grillete que limita a la libertad, sino el periodo en el que la familia fortalece los lazos de fraternidad.


Con AMALFI GÓMEZ ARREGOCÉS también la inteligencia cultivamos y, durante el recorrido por las distintas escuelas del pensamiento jurídico, por poco en filósofos nos transformamos.


Nos abrazaba, motivaba, hasta cátedras gratuitas en su casa nos brindaba, e incluso al final del semestre junto a nosotros lloraba, cuando el resultado no se lograba.


A todos nos quería como a sus hijos, pero si al arte de reflexionar te negabas o a la ignorancia tus pasos desbocabas, un uno (1.0) también te colocaba. “¡Ay mijito lindo! ¿qué te pasó? Sacaste uno (1.0), qué maldad le has hecho a tus padres, ve a la casa mijo, nos vemos el semestre entrante.” Con cariño el dolor pasaba rapidito, pero también el saber se absorbía al instantico.


JOAQUÍN CEBALLOS ANGARITA, es el mejor profesor de derecho probatorio que hasta la fecha ha engalanado la nómina de maestros de la escuela de derecho Rodrigo de Bastidas. Sus alumnos tuvimos el honor de egresar con el título de especialistas desde pregrado.


Nos hizo expertos en el conocimiento y empleo de los elementos heurísticos. Nos ayudó a distinguir entre el órgano, el objeto y el medio, encontrando en su prosa un discurso sin igual. Ni para qué llamarnos a lista, sus clases eran lleno total.


Regente de una cátedra y un vocabulario sublime. Cada línea de sus dictados era la ciencia jurídica transformada en poesía. Pulcro de pies a cabeza, y el más refinado de los caballeros que se hallaba dentro o fuera del aula.


Maestro Joaquín Ceballos, gracias por demostrarnos que el derecho es ciencia, pero también poesía.


JOAQUÍN AARÓN MANJARREZ. Tomados de su mano recorrimos la historia política del país. Ahora adultos y mentalmente maduros comprendemos que ciertamente la historia colombiana se ha escrito con sangre, que no fuimos libertados, solo cambiamos de opresores y que los discursos son el anzuelo para pescar a los incautos.


Con él evocamos las disputas entre los indígenas y conquistadores, españoles y criollos, las de Bolívar y Santander, de los liberales y conservadores, las cuales, en esencia, en nada se distinguen de las actuales.


Advertimos que el territorio colombiano ha sido una torta que fraccionan y se reparten los políticos, que a pesar de las distintas formas en que se ha estructurado y denominado al Estado, el resultado continúa siendo el mismo.


Nos concientizó acerca de los rostros ocultos que manejan como títeres a quienes están en el poder. El poderoso auténtico se oculta en la sombra, mientras el títere habla de sobra.


Las conductas registradas en la historia de Colombia no han variado, únicamente cambian los protagonistas. Sin embargo, el pueblo, a causa de su ignorancia y pereza para progresar, conserva el papel de cenicienta.


En palabras menos extensas lo explicaba el profesor MARCOS ROSADO GARRIDO, cuando sabiamente nos decía: “estudien porque la historia se repite”.


El doctor MARCOS ROSADO GARRIDO partió a la casa del Eterno, porque Ariel, el ángel filósofo de la Sergio Arboleda, necesitaba asistencia para fortalecer su sapiencia. Dos vidas reclamadas por el padre, y dos pérdidas que la sociedad y la academia lloran con el sentimiento quebrantado de una madre.


JUAN BAUTISTA BAENA MEZA es el maestro que, al derecho penal lo explicaba sin igual. Con sus anécdotas de vida procedentes de la ciudad y la provincia, a todos supo sabiamente formar, rogándoles para que en el delito jamás se les ocurriera incursionar.


Asistido de la ley, la jurisprudencia y la doctrina, perfectamente los educó en el empleo de la ciencia penal, por eso en la actualidad sus estudiantes, hoy convertidos en profesionales, certeras defensas logran edificar e incluso algunos en la rama judicial se han podido destacar.


Con CRISTIAN XIQUES ROMERO la clase de bienes era tan buena de principio hasta el final, aún no sabemos si hacía parte del exótico misterio del yin yang, pero lo cierto es que era genial.


Que todo bien es una cosa, pero no toda cosa es un bien, lo supimos también. Que no importaba que fuera mueble o inmueble por naturaleza, adherencia o destinación, pero si un tercero irrumpía en ellos, perturbaba la tenencia o la posesión.


Aprendimos con sinceridad y nos divertimos con ejemplos reales de perturbaciones a la posesión, bien porque fuera a través de una invasión, quema o perfumada. Incluso, la definición poética del aluvión, en nuestra mente aún se encuentra retratada.


Legos en derecho reímos a carcajadas al descubrir que el mojón es un lindero, lo cual fue motivo de chistes en aquellas épocas que compartíamos las copas con el tendero.


Algunos se apasionaron por los bienes mostrencos, y en ellos centraron su atención para adquirirlos por ocupación. Otros se interesaron por los vacantes, pero lo cierto es que todos salimos adelante.


Sin dudas el mejor maestro de vida es INGLEBERTO VALDELAMAR MONTES, el eterno guardián de las flores de la Sergio Arboleda, el que embellece las miradas con sus mágicas manos y le aporta dulzura a nuestra vida con su enorme sonrisa. Es el que recita de memoria la visión, misión y objetivos de la institución.


El hombre humilde que se apropió de todos los saludos y quien se ha ganado el sincero cariño de todos los Sergistas.


El amor es su mejor riqueza, la decencia su mejor fragancia y su entrega y disciplina prueban que su honestidad proviene de la cuna.


Quienes contemplan sabiamente la rutina de Ingle obtienen de él la mejor enseñanza, porque en la vida primero el terreno debemos preparar, luego la semilla sembrar, erradicar el vicio de raíz, a eso que llamamos la mala hierba, abonar la tierra con inteligencia y esperar que la idea concebida principie a florecer para luego los frutos recoger.


Innumerables maestros han marcado nuestra vida, porque la Sergio Arboleda, más que una institución, es el templo del saber.


Hoy nos quejamos por la falta de interés de los nuevos estudiantes, pero los maestros de la Sergio Arboleda conservamos inalterable el deseo de transformar a las nuevas generaciones.


En una segunda oportunidad continuaré con este humilde homenaje, pues aún faltan otros maestros por destacar.


Comenta este artículo mencionando a los maestros que marcaron tu historia y cuéntanos algo sobre ellos.

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