Por: Rafael Porto C.
Con profunda tristeza en mi corazón lamento la partida del Maestro Marcos Rafael Rosado Garrido. Abogado de profesión, aunque su sueño era ser médico, lo digo porque en una ocasión durante una conversación me lo manifestó. Mi profesor de Historia de las ideas políticas en la Universidad Sergio Arboleda en la ciudad de Santa Marta perdurará en la memoria de la comunidad acádemica. Por 26 años con sus valiosas enseñanzas formó varias generaciones. Miembro de número de la Sociedad Bolivariana del Magdalena y de la Academia de Historia del Magdalena.
Una clase con el profesor Marcos Rosado era un viaje en el tiempo, era visitar Grecia y Roma. Su potente voz cautivaba a hombres y mujeres en el aula de clase. El profesor Rosado tenía la facultad de llevarnos al viejo mundo con tan solo contar una historia. De su boca brotaba conocimiento, su pasión por la ópera, el arte, la cultura griega y su amor por los caballos hacían de él un hombre universal.
Jamás podré olvidar cuando en primer y segundo semestre de mi carrera de derecho impartía magistralmente sus clases que lograron captar toda mi atención. No necesité moverme de la silla para iniciar un periplo por las calles de Atenas y por los caminos de la antigua Roma. Recuerdo que optaba por no tomar apuntes de clase, solo quería escuchar y dejarme llevar por su inconfundible voz. Era tanta su pasión que durante su juventud y parte de su madurez visitó estos países para conocerlos y contagiarse más de su riqueza cultural.
A mi memoria llegan muchas imágenes. Recuerdo verlo casi todas las mañanas en la biblioteca de la Universidad Sergio Arboleda de Santa Marta leyendo el periódico, porque al profesor Rosado le gustaba estar al día con los acontecimientos locales, nacionales e internacionales. A pesar de llevar muchos años en la docencia preparaba sus clases, así que no pocas veces la biblioteca Rodrigo Noguera Laborde fue testigo de sus lecturas para brindarle a sus estudiantes siempre lo mejor.
El profesor Marcos es de esos hombres modelo a seguir. Personalmente fui –y seré– un fiel admirador del profesor Rosado, su cultura y formación hacían de él un hombre de conducta intachable. También era mi amigo y en diversas ocasiones conversábamos y me manifestaba su preocupación por los estudiantes. No en pocas oportunidades llegó a decirme: “¡Rafa, no sé que le pasa a éstos jóvenes que no quieren estudiar!”. Eso lo preocupaba y mortificaba como no tienen idea, realmente lo decepcionaba. Su preocupación como gran Maestro es que los muchachos aprendieran a pensar. Su misión era cultivar en los jóvenes un pensamiento crítico para formar mentes fundadas en la honestidad y en la concepción humanista.
Cuando tuve la idea de crear Columna 7 fue el profesor Rosado uno de los primeros en conocer el proyecto. Recibí su apoyo incondicional el cual no tengo sino sentimientos de agradecimiento y gratitud infinita. Era uno de los profesores que más escribía en el portal y que en su afán de que crecieramos en lectores con alta frecuencia se comunicaba conmigo a darme buenas ideas, hacía sugerencias y un buen consejo nunca faltó. Incluso columnistas como Catalina López, Dina Elena Ramos, Josselin Beleño y Stephanie Castro llegaron a Columna 7 por recomendación de nuestro apreciado y recordado profesor.
Se marcha un hombre decente, culto, íntegro, un hidalgo, un ser valioso no sólo para la comunidad académica sino para la sociedad. El último atenienese. Camina erguido con tu paso fino hacia el cielo. ¡Adiós querido y admirado Maestro. Vuela alto. Charla con los ángeles y deleita al creador con tus historias!
Pensando en voz alta: El pasado 21 de febrero se publicó la última columna del profesor Marcos Rosado titulada: Un crucifijo contemporáneo. (I Parte). Nos quedó debiendo la segunda parte. Así como me quedó debiendo el autógrafo en su obra: El pensamiento ético y político de Aristóteles en la formación del ciudadano colombiano que tuve la oportunidad de leer durante la pandemia. Los invito a sumergirse en un mar de sabiduría leyendo las columnas del profesor Marcos Rosado publicadas en www.columna7.com ¡Son realmente un deleite!