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EXOPOLÍTICA: ¿NUEVO MITO?

Por: Gonzalo Echeverri Uruburu.


Vivimos en un mundo de novedades como nunca antes había ocurrido en la Historia. La ciencia y la tecnología nos sorprenden cada rato con sus fantásticos descubrimientos e invenciones: trasplantes, clonaciones, ingeniería genética, nanotecnología, ordenadores super-inteligentes y un largo etcétera. Y en el campo de las ciencias sociales no podía ser distinto: hace algunos años surgió una nueva disciplina, la Exopolítica que según Michael Salla Ph. D, uno de sus creadores, se propone nada menos que establecer las reglas y criterios para el contacto con civilizaciones no humanas del Cosmos. Para los teóricos de esta pretendida nueva ciencia la evidencia sobre la presencia extraterrestre en la sociedad humana es abrumadora: miles de testimonios en todo el mundo, películas y fotografías auténticas, seguimientos en radar, avistamientos por pilotos experimentados, huellas físicas frecuentemente con señas de radioactividad, en fin, todo un enorme conjunto concordante de serios indicios que llevan a la misma conclusión: la Tierra es visitada por seres de otros mundos.


Ya no es cuestión de unos cuantos excéntricos. La oleada de informaciones antes reservadas y de opiniones de personas serias y bien informadas no cesa de crecer. Según opinaba Paul Hellyer, ex ministro de defensa de Canadá, la humanidad tiene derecho a conocer la verdad sobre la presencia de seres del espacio y sus relaciones con nuestra civilización que, según él, podría obtener grandes beneficios de dicho contacto, que es un hecho del que ya no hay ninguna duda a pesar de mantenerse todavía en secreto. Por su parte el astronauta de la misión Apolo 14 ( 1971 ) Edgar Mitchell insiste en que los ovnis son una realidad, lo mismo que la relación que con los alienígenas han establecido algunos gobiernos de la Tierra. Para Mitchell no hay duda de que ha existido desde hace muchos años una política de encubrimiento por parte de los círculos más poderosos del gobierno de los Estados Unidos y de otros gobiernos. Y lo mismo han dicho en su momento varios astronautas como Gordon Cooper, John Glenn, Edwin Aldrin entre otros, pues como lo reconoció ya hace varios años Maurice Chatelain exjefe de comunicaciones de la NASA, “todos los vuelos Apolo y Gémini fueron seguidos a distancia o muy de cerca por vehículos espaciales de origen extraterrestre”, hecho que en su momento fue severamente censurado.


Con buen sentido común, el famoso astrofísico S. Hawking declaró que es muy peligroso establecer contacto con seres cuyas intenciones desconocemos. Podría ocurrirnos lo mismo que a los pueblos de América con la llegada de los invasores europeos. Pero lo que posiblemente no sabía el brillante científico es que dicha relación, según múltiples informes, ya se ha establecido con propósitos al parecer muy turbadores. Los llamados “Grises” que son el tipo más conocido de alienígenas –al parecer procedentes de la constelación de Zeta Retículi a 39.5 años luz– se interesan principalmente en experimentos genéticos dirigidos a crear una raza híbrida con los humanos, tal como lo revelan centenares de testimonios de abducidos (secuestrados) recogidos entre otros muchos investigadores por el destacado psiquiatra de Harvard y ganador del premio Pulitzer, John Mack, quien acuñó la expresión shock ontológico para expresar el tremendo impacto que produce el contacto y el radical cambio de paradigmas que inevitablemente conlleva.


Según muchos otros informes hay gran variedad de seres del espacio visitando la Tierra. El contactado Robert Perala, habla de extraterrestres procedentes de Zeta Retículi, de Las Pléyades, Sirio,Orión Arcturus, o de Andrómeda, una galaxia vecina. Todos tienen distintos propósitos y agendas desconocidas, aunque algunos de ellos, al parecer, procuran ayudar al desenvolvimiento espiritual de la humanidad y también a evitar una catástrofe nuclear o ecológica.


Y hace pocos días el ex-astronauta y actual director de la NASA, Bill Nelson claramente expresó su opinión de que, ante la inmensidad del universo, debe haber muchas civilizaciones avanzadas en este o en otros universos paralelos. Y, en cuanto a los ovnis, Nelson explicó que desde 2004 los pilotos de la Marina estadounidense han reportado más de 300 avistamientos que no pueden ser explicados, concordando así con el informe que en junio pasado publicó la Dirección Nacional de Inteligencia, informe según el cual ni los analistas de defensa ni los agentes de inteligencia han podido determinar la naturaleza de los fenómenos descritos, de los cuales hace algunos meses se hicieron públicos varios videos. Al parecer son artefactos que desarrollan velocidades impensables para nuestra tecnología, al tiempo que ejecutan fantásticas maniobras, igualmente imposibles para nuestros conocimientos de aeronavegación.


Todo parece indicar que este cambio de actitud de las autoridades norteamericanas, aunque muy cauteloso, implica la decisión de revelar poco a poco la verdad que por tanto tiempo se ha mantenido en secreto, revelación que puede causar una gran conmoción en la vida humana.


No hay duda. Los planteamientos de la Exopolítica deben ser estudiados con seriedad; es preciso, y seguramente inevitable, que el hombre abandone de una vez por todas su papel provincial en un minúsculo rincón de la Vía Láctea para integrarse, por fin, a la comunidad de civilizaciones del espacio. Es este el más grande desafío de toda su existencia y el primer paso es aceptar que no estamos solos en el inmenso universo en el que pululan la vida y la inteligencia como había dicho el gran Giordano Bruno.

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