Columna 7
EN EL CARIBE COLOMBIANO PREVALECE UN COMPROBADO REGIONALISMO MUY INCOMPLETO
Por: Ramón Palacio Better.
Los Magdalenenses debemos pensar con exigente prontitud en cuales deben ser, o que mecanismos compensatorios de la seguridad pública podrían ser los necesarios para imponer o implementar unas políticas administrativas y públicas capaces de prevenir los feroces desajustes existentes a la seguridad ciudadana. En Colombia las teorías del regionalismo y asumidas hoy en día de manera inconclusa, no están actuando en condiciones suficientes para garantizar los valores básicos de libertad, justicia y seguridad, en concurrencia con el Gobierno Nacional. En el regionalismo inconcluso, podemos encontrar sin dudas, quizás, el punto de partida de la mayoría de las tensiones que vive nuestra Nación y que acompañan siempre al regionalismo. La supremacía de las autoridades nacionales sobre los intentos regionalistas está plagada de muchas turbulencias, malformaciones y repetidos abusos.
La relación Gobierno Nacional y Regionalización, aún no está lo suficientemente resuelta del todo. No más es observar los acontecimientos, las innumerables peticiones, reclamos, informaciones, discusiones y solicitudes de todo tipo, que vienen ocurriendo en los Departamentos de la Región Caribe ante el Gobierno Nacional y nos damos perfecta cuenta del excepcional tramite retardatario y dependencia tanto de las decisiones como de los recursos provenientes del sector central de la Nación. El Gobierno con ello ha demostrado, a pesar del centralismo existente, que nos están practicando un Regionalismo Cooperativo inconcluso y evidentemente excluista, pleno de inconvenientes y no de plena autonomía o albedrio regional; porque siempre dependemos de las decisiones del sector Central del Gobierno Nacional. De manera que los atrasos en los programas y gestiones para el buen desarrollo de las Regiones en el Caribe Colombiano están a la vista de todos y obedece en gran medida, a la tardanza y demoras injustificadas en las que llegan a nuestras regiones los recursos económicos provenientes del interior del país. Promoviendo injustificadamente conflictos de intereses que son las evidentes causas de las regulares e injustas circunstancias económicas para el buen desarrollo de nuestras regiones.
En la mayoría de las Regiones del Caribe y de nuestro país existen muchos trastornos sociales de todo orden y en donde los sobresaltos y las alarmas están sonando todos los días, producto de las relaciones incompletas o aun no resueltas constitucionalmente entre el Gobierno Nacional y en nuestros casos, de las Regiones o Entes Territoriales del Caribe Colombiano. No quiere decir esto, que los variados conflictos existentes en el país son consecuencia de las malas administraciones. Por el contrario, en la Costa Caribe a pesar del comprobado regionalismo incompleto imperante, ha habido y aún existen excelentes y buenas administraciones regionales; que además, han corrido parejas a los avances logrados y con aceptables niveles de prosperidad y honestidad. Sin embargo, estos estilos o modelos incompletos del gobierno nacional, han promovido una inseguridad en las libertades y en la justicia. Durante muchos siglos Colombia ha utilizado un sistema democrático recurrente, protegido por los Partidos Políticos dominantes en el Orden Nacional, quienes han interactuado periódicamente en alternancia; pero que en el cuadrante de las regiones, se convirtieron en la esclerosis de los aún existentes caudillismos prolongados o extendidos con tradicionales variantes nepotistas.
Encadenadas pesadumbres cuyos resultados han promovido creciente inseguridad en todo sentido y a tales extremos, que las Regiones del Caribe están fuera o se escapan de los límites de un eficaz control. Por más pretensiones renovadoras que aspiremos realizar, este regionalismo incompleto y de creciente inseguridad puede convertirse mañana en Colombia, en la famosa batalla de Waterloo en Bélgica, en donde las tropas de la Francia de Napoleón fueron derrotadas por las tropas aliadas de varias naciones en ese entonces.
Desde el pasado y en la actualidad a pesar de los inminentes trabajos y grandes, como innegables avances de la Fuerza Pública Nacional contra las mafias, guerrilleros, paramilitares, terroristas. Aun hoy en muchísimos casos delincuenciales no responden oportunamente como debe ser; a los continuos asesinatos, violaciones, asaltos y cantidad de actos delincuenciales y de la corrupción que siguen ocurriendo a diario en nuestra ciudad y en el Departamento. Convertido como un difícil juego que ha sido hasta ahora incomprensible de contener, convirtiéndose en un evidente ejemplo de que indudablemente hacemos parte de una Región incompleta y de creciente inseguridad hasta el momento.