Por: Rafael Tapia.
Vivimos en un mundo sumamente acelerado e influenciado por el bombardeo constante de información de todo tipo; tendencias de moda, música, alimentación, salud, espiritualidad, viajes etc. Estamos viviendo un momento de la historia en donde se nos aleja cada vez más de los encantos reales de la vida. Las redes sociales digitales nos han ido poco a poco apartando de ese compartir real con nuestra vida, con amigos y seres queridos. Estamos compartiendo con los demás en un mundo de fantasía.
Este mundo de fantasía ha desviado de una forma u otra el verdadero sentido del amor y la amistad. Se ha limitado el concepto de amor solo a lo relacionado con la pareja y con el sentir del uno y el otro desde unas emociones y hechos estáticos y categorizados, también desde las expectativas de lo que se espera de la pareja apartándonos de esa esencia intrínseca, cambiante y empática del amor. De igual manera, el concepto de la amistad se ha visto enmarcado solo a un estatus social definido por las salidas, las rumbas, los paseos etc. dejando de un lado los valores propios de esta como lo son la lealtad, el compromiso, el respeto y la confianza.
El marketing es otro de los protagonistas en esta distorsión, para expresar amor y vivir la amistad se requiere de algo material y de fechas especiales para celebrarlos y está perfecto, no hay tanto rollo en esto, a lo que debemos prestar atención es al hecho de ser conscientes del sentido que le damos a estos dos lindos eventos que ocurren en nuestra vida, es desde esa consciencia donde podemos aportar para que nuevamente les demos ese valor que les pertenece.
Nos hemos dedicado a separar al amor de la amistad y a la amistad del amor sin saber que los dos son el uno para el otro. El amor es Universal, el amor es para todo lo que existe, el amor es el lenguaje del alma, el amor se disfruta, el amor se da y se recibe, el amor está en todo. La amistad se vive con sonrisas, la amistad se vive con el apoyo en los momentos difíciles, la amistad se crea y se cultiva a diario, como el amor, la amistad se baña en la lluvia, la amistad se llora en la tristeza, se celebra en la alegría. Tenemos la enorme labor como personas conscientes de volver a unir a estos dos, de ser los Celestinos del amor y la amistad y que vuelvan a ser esa pareja fantástica que nos da felicidad.
Se vive el amor con amistad y se disfruta la amistad con amor.