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DUQUE Y SUS ALIADOS REGIONALES EN CONTRA DE LA ALIMENTACIÓN DE LOS NIÑOS

Por: Hans Christian Rangel. Secretario de Hacienda del Magdalena.


Hay un momento en la política dónde los regímenes espurios empiezan a caer, y digo espurios porque aunque formalmente hayan sido escogidos democráticamente, tal escogencia está rodeada de más vicios que virtudes; cómo por ejemplo, la verdad a voces de ganar unas elecciones con dinero de la corrupción y el narcotráfico.


Lástima que un fantoche apodado el Ñeñe Hernández, se haya muerto sin aclararnos tantas cosas, como la masiva compra de votos en este terruño caribeño, que presuntamente llevó a Iván Duque a la presidencia.


Los regímenes que de inicio no gozan de legitimidad popular, porque sobre ellos recaen grandes sospechas de hacerse elegir con prácticas mafiosas. Inician su degradación desde la misma campaña electoral, pues engatusan al elector con promesas que nunca les interesará cumplir, cómo por ejemplo; menos impuestos más salarios, o respetaremos los acuerdos de paz. No obstante, la mayor degradación de estos gobiernos gansteriles se acrecienta y con ella las medidas de represión cuando en los territorios se lideran políticas de oposición que tienen una fuerte vocación de gobierno.


El gobernador del departamento del Magdalena es un terrible ejemplo que el actual gobierno nacional y las fuerzas oscuras que lo respaldan quieren borrar del mapa político, y no se descarta que del plano existencial, veamos, fue rector de la Universidad del Magdalena y lo hizo muy bien, fue alcalde de la ciudad Santa Marta y lo hizo excelente, sacó al distrito de su apariencia de ciudad fachosa y derruida y la puso a figurar positivamente en el país, hoy es gobernador del departamento del Magdalena y ha liderado programas sociales premiados por organismos internacionales.


Noam Chomsky, en su obra Las intenciones del tío Sam, nos deja entender que ser un ejemplo de rebeldía y aparte ser exitoso en esa tarea, es una falta que los grandes que siempre han detentado el poder no pueden tolerar, pues, temen que una sola llama aislada termine por incendiarles todo el andamio de desigualdad, inequidad y corrupción con el que mantienen los privilegios de unos pocos.

Lo raro es, que el gobierno de Iván Duque, no se da cuenta que las llamas del descontento social están consumiendo a Colombia entera, prueba regional de ello, fueron con más de 340.000 votos con los que ganó el actual gobernador, un hecho sin precedentes en el Magdalena, una falta que los políticos de la ultra derecha no le perdonaran jamás a Carlos Caicedo, pues este señor humilló al extremo de una paliza al Mello Cotes, un talentoso acordeonero que junto a su tía, lideraron la década perdida del departamento. Además, recordemos que el actual gobernador siempre ha sido una voz autorizada para criticar al gobierno de Iván Duque, generando con ello un apoyo masivo de sus posturas a nivel nacional.


Desde el primer día de gobierno departamental se sabía que el departamento se enfrentaría a muchos ataques desde Bogotá, todo en busca de reducir la gobernabilidad de Carlos Caicedo, a su mínima expresión. Han utilizado la estrategia de guerra suave y guerra híbrida, que comprendiendo al gran analista geopolítico Alfredo Jalife Rahme, no es otra cosa que sin llegar a la eliminación física (dudas) del enemigo, se busca mediante medios propagandísticos, políticos, judiciales y administrativos, debilitarlo para sacarlo del poder.


De lo anterior, no puede quedar duda, recordemos cuando se anunció en medios nacionales que al actual gobernador estaba siendo objeto de extinción de dominio de once bienes inmuebles, noticia que luego tuvo que ser desmentida en su totalidad por los propios noticieros. (Propagandístico).


De otro lado, no se puede ignorar como desde Bogotá se ideó la estrategia del pacto de Ciénaga, que busca quitarle recursos a la gobernación y generar un ambiente hostil entre muchos alcaldes de municipios del ente territorial y la actual administración departamental. (Político).


Sumado a ello, como olvidar la intervención arbitraria e innecesaria de la Superintendencia de Salud, sobre la E.S.E., Julio Méndez Barreneche, que con apenas 40 días de gestión por el gerente afín al gobernador, fue sometida a la dirección del gobierno nacional, despojando al departamento de su control. Sobre este tema, recomiendo la lectura de la columna La intervención del hospital Julio Méndez Barreneche debe terminar, del reconocido abogado Ariel Alberto Quiroga Vides. https://www.opinioncaribe.com/2021/04/14/la-intervencion-del-hospital-julio-mendez-barreneche-debe-terminar/

(Administrativo).


Todo lo anterior, hace parte inequívoca de la estrategia de bloqueo que el ejecutivo bogotano quiere imponerle a un gobierno de la provincia, porque simplemente acá se decidió no ser el notario de nadie.


Ahora bien, en la arena política las controversias son normales e incluso sanas, pues hacen parte de las dinámicas dialécticas de la vida, sin embargo, hay límites, líneas rojas que no podemos cruzar, ya sea por la moral, la ética o incluso por los derechos humanos, cómo pasa en el caso actual. Considero que no todo vale, que Maquiavelo se equivocó al intuir que el fin justifica los medios, y más se equivoca el gobierno de Iván Duque al aplicar esa premisa como si fuese un canon bíblico.


El último golpe al departamento del Magdalena vino de la mano del OCAD CARIBE, un órgano colegiado de administración y decisión que conglomera los departamentos de la región Caribe y donde se deciden en que proyectos de inversión se usan los recursos provenientes de las regalías generadas por la explotación del petróleo, el carbón y otros recursos no renovables.


Dentro de esos proyectos admisibles para ser financiados con recursos de las regalías, se encuentran la financiación de los programas de alimentación escolar (PAE) , tal como lo establece el artículo 28 de la Ley 2056 de 2020.


Por lo anterior, el gobernador radicó el proyecto para financiar al PAE del departamento en el mes de febrero de 2021, obteniendo concepto de viabilidad del Ministerio de Educación Nacional, en el mes de mayo, además de haber sido priorizado en el mes de agosto de 2021, con una puntuación de 83/100.


En últimas, todo estaba dado para convocar al OCAD y obtener la aprobación del giro de los recursos, sin embargo, el presidente del OCAD Caribe el actual gobernador de Bolívar, dilató la convocatoria para decidir la aprobación del proyecto, y cuando por fin esta se dio por orden de un juez de tutela, simplemente junto a los otros miembros de la comisión rectora, decidieron no aprobar el proyecto bajo el argumento de ser demasiado tarde para el calendario académico.


Está claro que las demoras fueron responsabilidad del gobernador de Bolívar aliado de Duque, quien dilató injustificadamente la aprobación del proyecto, esto aupado con el apoyo de Pamela Fonrodona Zapata, delegada del Ministerio de Hacienda, funcionaria que respaldó que más de 140 mil niños de bajos recursos del departamento del Magdalena, se queden sin su alimentación escolar.


Este último ataque fue muy bajo, incluso para los estándares del gobierno nacional, una canallada rastrera que ocasiona un enorme daño a miles de niños pobres de este departamento, quienes muchas veces lo único que tienen seguro es la comida que se les da en las más de 660 sedes educativas, repartidas entre 28 municipios no certificados del Magdalena.


Tal como sucedió con la intervención del Hospital Julio Méndez Barreneche, el gobierno nacional nunca tuvo dientes para colocar en cintura a la antigua administración del departamento del Magdalena, pues toleraron casi 10 años de desangre de la salud departamental, y solo cuando el actual gobierno territorial toma el control de la E.S.E., se viene como misil la intervención de la Gestapo administrativa llamada Superintendencia de salud.


Pues bien, algo parecido está sucediendo con el PAE, programa que desde 2016, estaba siendo financiado con recursos de las regalías, el cual estuvo rodeado de muchos escándalos de corrupción, pues, las fotografías de raciones miserables le dieron la vuelta al país, no obstante, en esa época nunca se jugó con los recursos para el programa.


Con este último ataque se están transgrediendo derechos fundamentales de los niños del Magdalena, quienes están resguardados por la Convención internacional de los derechos del niño de 1989, ratificada por Colombia a través de la Ley 12 de 1991. En esa línea es necesario citar el artículo 3 No. 1 de las normas enunciadas:


En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.


Está claro que al gobierno Duque y sus aliados regionales no les interesa el interés superior del menor, sino infringir daño político a consta de lo que sea, incluso a consta del hambre de más de 140mil niños del departamento.


De todas formas, el pueblo de este digno departamento responderá en los tribunales nacionales e internacionales de ser el caso, con acciones ciudadanas y democráticas, dando una lección de grandeza a quienes creen que con artimañas lograrán evitar que el ejemplo que Santa Marta y el Magdalena han seguido se replique en todo el país en el 2022.


La virulencia de los ataques del gobierno central solo reflejan una cosa, se sienten derrotados por los gobiernos alternativos, y como no pueden dar una sana batalla en las urnas, lo intentarán desesperadamente con cualquier medida, aunque eso signifique colocar en la pira del Ganges a 140 mil niños y niñas pobres del Magdalena.

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