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¡CUAL DEMOCRACIA!

Actualizado: 15 jul 2021

“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cascara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento”.

Nelson Mandela.


Por: Pedro Luis González.


Hace un par de días se supo la noticia de que Standard and Poor’s había descendido la calificación crediticia de Colombia a BB +, y de repente una avalancha de indignación colectiva entre los medios de comunicación y las elites gubernamentales colmó la atención nacional. Según los expertos en la materia, esta decisión ubica a Colombia como un destino no apto para invertir ¡Que descalabro! Ahora sí que estamos condenados al atraso, se han perdido los valores democráticos. Dejando a un lado el sarcasmo, hay que entrar a analizar ciertos eventos que de verdad debieran de impactar sórdidamente la conciencia colectiva, datos aterradores, infames y antidemocráticos.


Según la organización de las Naciones Unidas para la agricultura (FAO), para el año de 2019, más de 560.000 niños menores de 5 años en Colombia sufrían de desnutrición crónica, en este escenario reveló que el 54.2% de los hogares padecen inseguridad alimentaria. 15.600 niños y niñas del mismo rango de edad sufren desnutrición aguda severa. Menos mal y no somos como Cuba o Venezuela. Ante este panorama la prensa no se escandaliza, los periodistas y ministros no se agarran las orejas, ni se inmutan, no hay especiales televisivos, ni maratónicas jordanas de los noticieros, ¿De quién será la culpa de tan infame destino que se ciñe sobre los niños? ¡Culpa de Petro!


En un artículo de la BBC del primero de mayo de 2013, este terreno del sagrado rostro fue catalogado como el país más peligroso para ser sindicalista, desde el año 1977 hasta la fecha han sido asesinados más de 3.300 sindicalistas. Entre el 50% y 60% de estas ejecuciones corresponde a los dirigentes de los sindicatos. Según la OIT, Colombia es uno de los países con menos sindicatos en Latinoamérica con un 4% de trabajadores afiliados, ya se vislumbra el motivo ¿Ha habido algún comunicado del ministerio del trabajo? Pero ya se sabe quiénes son los ideólogos y determinadores de esto ¡Los bloqueos y Rusia!


Para octubre de 2019, las investigaciones de transparencia por Colombia y la Fiscalía, revelaron que la impunidad en el país llegó a un 94%, para más compresión de la nimia cifra, la deletrearé N-O-V-E-N-T-A Y C-U-A-T-R-O por ciento, es decir, de cada 100 delitos que se cometen en Colombia 94 quedan impunes. Ello sin contar que de los seis que se sancionan, algunos encorbatados les darán casa por cárcel, algunos más caraduras harán uso del mejor abogado de Colombia, reputado señor Don Vencimientos de términos, así tenemos que los pocos condenados serán el pobre miserable que saqueó un supermercado, robándose un pollo o una caja de cerveza, o el atracador de turno que le apunta en la sien al transeúnte para robarle el celular y que es tan pobre como él. ¿De quién es la responsabilidad? ¡De quien más, pues del comunista ese! ¡El enviado del foro de Sao Pablo!


En un informe de Reporteros sin fronteras, se revela que Colombia es el quinto país (siempre en el podio) de la región de las américas con menor libertad de prensa, ocupando el puesto 134 entre 180 países estudiados por la organización, cuyas víctimas predilectas son las mujeres que ejercen la peligrosa profesión, peligrosa pero acá. Según la FLIP en 2019 se reportaron 515 ataques contra periodistas, incluyendo 4 secuestros y dos homicidios, para más inri, el 78% de los asesinatos de periodistas se encuentran en la impunidad, nadie se lo esperaba. Y desde la firma de los acuerdos con las extintas FARC, han sido amenazados 583 periodistas. Pero no todo está perdido, si usted es periodista y quiere ejercer su trabajo a plenitud y no trasegar por estas penurias, mande su hoja de vida a SEMANA, eso si no se atreva a despotricar del faraón del ubérrimo, no vaya ser que la directora se enoje y le dedique una portada.


Para la inmensa mayoría es aceptable reducir la democracia a trasladarse a un puesto de votación y rayarle la cara al reptil de turno, para otros tantos es poder manejar en su camioneta blanca y pasar un fin de semana en la finca. Pero no es así, un país democrático es aquel donde una persona puede vivir dignamente, no sobrevivir que es lo que se evidencia en la tierra de la virgencita de Chiquinquirá, un país donde impere la democracia es aquel donde sus ciudadanos tienen confianza en sus instituciones, donde estas actúan a favor de este, donde impera el orden para todos y no para una escasa pero poderosísima minoría. No se puede catalogar a este rico, pero maldecido país como demócrata, mientras los niños se mueren de hambre, mientras la justicia no opere, los políticos sean boas constrictores devorándose el erario y mientras el presidente sea un autómata manejado por control remoto desde un comando central de 1.500 hectáreas.

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