Por: Catalina López Lafaurie.
Flores, chocolates, globos, postres, regalos y detalles por doquier enmarcan este fin de semana en el que todos elegimos dejar ganar el amor y celebrar a quienes nos acompañan en cada lucha: los amigos.
Qué bueno es hacer sentir especial a esa o esas personas que permanecen a tu lado a pesar de todo. La cuestión es cuando solo se dejan las expresiones de amor y cariño para una fecha nada más.
A mi modo de ver, el amor debería celebrarse todos los días y cuando digo esta palabra, no se trata de una sola persona. El amor se le expresa a todos los seres que queremos: nuestra familia, a los amigos y a todos los que nos rodean, aunque sea distinta la manera de manifestarlo.
El amor y la amistad son valores éticos que encuentran semejanzas en el afecto hacia otra persona, puro y desinteresado, que espera ser recíproco, hacen bien y tienden a ser medicina para el alma.
Muchas veces podemos pasar por momentos de incertidumbre, dolor o tristeza. Sin embargo, lo que hace todo más llevadero son las personas que nos sostienen, que nos prestan su hombro que antes de aprender a soltar, nos enseñan a quedarnos. Aquellos a los que elegimos como familia merecen más que un día o una fecha especial.
Ahora bien, cada cosa en nuestra vida es una decisión. Para aquellos que creen que el amor es un sentimiento, no lo es. Las emociones son pasajeras, un día se sienten y otros no, el amor no puede depender de eso. El amor es lo que queda cuando los sentimientos se enfrían, es la entrega y el compromiso de amar a pesar de todo. Es la valentía y el coraje de intentarlo las veces que sean necesarias hasta ganar con la misma persona. El amor es el remedio cuando alrededor hay veneno y esto, en definitiva, merece más que un fin de semana.
No todo será bonito siempre, eso está claro. Cuando nos hieren acudimos al rencor y resentimiento porque sentimos que entregamos tanto y recibimos golpes. Es por esto, que la lealtad y la confianza son los ingredientes esenciales de las relaciones interpersonales. Pero antes de entregarte a alguien más, hazlo por ti. Sé fiel a ti antes que cualquiera; a tus convicciones y principios; así que cuando no funcione o alguien falle quedas con la satisfacción que hiciste lo correcto y evitas castigarte.
Está bien que podemos soltar aquello que nos hace daño, aquello que nos quita la paz. Pero antes de irnos, asegurémonos de habernos quedado lo suficiente para ser el bastón de ese alguien. La fidelidad parece no estar de moda, pero sí podemos practicarla para devolver esperanza en un mundo de fracasos.
Tanto la amistad como el amor son términos complementarios. Queremos que nuestra pareja sea también amigo o amiga, y tener la libertad de expresarle amor a nuestras amistades. Así que ambas requieren de sacrificios comunes, de decisiones valientes y abrazos interminables.
Siempre necesitamos a ese alguien a quien llamamos para desahogarnos, con quien se llora y también se ríe, con quien hacemos locuras y de repente acudimos a la cordura. Esas personas con quienes pasan los años y sigues contando las mismas historias sin aburrirte.
Déjame decirte que: en el amor no hay batallas perdidas, hay guerras aprendidas. En la amistad hay luz cuando la oscuridad nos cubre. En la vida hay quienes nos hacen el corazón más grande.
Solo diré que no hay que conformarse cuando estas palabras son tan grandes e importantes en nuestras vidas. Somos seres humanos relacionales y vivimos haciendo amigos y teniendo amores. Solo no te quedes con menos de lo que das, porque lo recíproco se hace fuerte, se leal a ti mismo y no limites esto a una fecha comercial sino a una vida que extienda esta fecha todos los días.
Multiplica las flores, suma los abrazos, destila palabras bonitas, haz la ecuación una forma de vida, convierte la física y la química en poesía, sé para otros lo que tu quieres que sean para ti. ¡Feliz día!